MITOS EN LA GESTIÓN DEL CAMBIO
MITOS EN LA GESTIÓN DEL CAMBIO
La gestión del cambio se ha convertido en una de las mejores maneras para llevar a las organizaciones de un estado habitual a uno totalmente nuevo, controlando o por lo menos reduciendo a un nivel aceptable, los riesgos que podrían traer a la organización. En tanto que es así; se facilita el éxito en la toma de decisiones respecto a este cambio que se debe o que se quiere hacer.
Al igual que en la mayoría de los requisitos que establecen las normas para establecer sistemas de gestión, la gestión del cambio se contempla desde el punto de vista de que “hay que hacerlo”, pero jamás nos dice el cómo hacerlo. Por tal razón se van creando una serie de herramientas que funcionan para la gestión del cambio, hasta el punto de creer que esa es la única manera de hacerlo y por ende es una obligación.
A continuación, se muestra una serie de mitos que se van creando precisamente por creer que solo existe una manera de hacer las cosas:
1. Los cambios que se deben gestionar son los negativos.
Recordemos que la gestión del cambio es una actividad enfocada a facilitar y conseguir cambios exitosos dentro de las organizaciones, por ende, un cambio negativo puede dar lugar a otros positivos. Por ejemplo: la inclusión de máquinas de destrucción de autopartes para la disposición final de las mismas por solicitud de un ente del estado.
Allí se observa claramente un cambio organizacional que puede verse como negativo porque antes se realizaba la disposición con un gremio reciclador y sin necesidad de cortar las autopartes, ahora la organización debe invertir en algo que ven como innecesario y aparte de eso dejan de percibir el dinero que le generaba la venta de ese material a los gremios recicladores. Pero este cambio trae consigo otros cambios positivos que deben gestionarse como la creación de un nuevo cargo, o los beneficios que equilibran el “gasto financiero”, como lo es la generación de empleo en la sociedad, la reducción en impuestos y la prioridad en el mercado por las buenas prácticas ambientales.
2. La gestión de cambios es el mismo control de cambios del que se habla en el numeral de información documentada
No es lo mismo la gestión del cambio y el control de cambios. la gestión del cambio busca que los cambios planificados temporal o permanente sean controlados en cuanto al impacto que le puede causar a un sistema de gestión y en últimas a la misma organización, mientras que el control de cambios es el registro de los cambios que ha tenido un documento o un registro desde su creación.
3. Los cambios solo los genera la gerencia
Aunque la gerencia es quien toma las decisiones en las organizaciones, el éxito de un cambio está en involucrar a todas las personas que se puedan afectar o beneficiar directa o indirectamente con el cambio que se está evaluando.
4. Los cambios se registran al finalizar el año
Los cambios se dan por la necesidad de las organizaciones de sobresalir o adaptarse a las necesidades del mercado, por esta razón; si se quiere perdurar en el mercado o destacarse como una organización a la vanguardia, los cambios deben realizarse cada vez que surja la necesidad de cambio no al finalizar el año.
5. La gestión del cambio no es necesaria cuando lo solicita un cliente, porque al final de cuentas se deben hacer el cambio
Como ya se ha visto, la organización debe controlar los cambios que pueden impactar los sistemas de gestión, por ende, aunque el cambio sea solicitado por un cliente es necesario gestionar el cambio porque, aunque el ofrecimiento de un contrato se vea muy generoso y de gran utilidad podría tener requisitos o cambios que impacten al resto de los clientes o que obligue a reprocesos o sobreesfuerzos para la organización.
6. La gestión del cambio es un proceso engorroso
Para la mayoría de las personas u organizaciones, los nuevos lineamientos pueden ser engorrosos y difíciles de manejar, pero como en todos los procesos las acciones repetidas se convierten en un hábito y terminan mostrando por si solos su efectividad. En estos términos lo difícil o engorroso dependerá de la actitud y aptitud de quien lo afronta.
7. Sólo se gestionan los cambios permanentes
Dentro de los sistemas de gestión los impactos de los cambios permanentes como temporales son muy similares, puesto muchas de las consecuencias se pueden dar de inmediato. De tal manera se deben gestionar los cambios permanentes y los temporales para evitar consecuencias irreparables a la hora de tomar la decisión de hacer un cambio.
8. La gestión del cambio es poco productiva
La gestión del cambio puede verse poco productiva porque requiere de inversión de tiempo e interrupción de actividades normales, sin embargo; se puede ver como una inversión porque ese tiempo invertido contribuye a la reducción de impactos en la organización que dé a su vez influyen en la reducción de costos, en el aumento de productividad a largo plazo por una planeación efectiva, entre otros.
9. La gestión del cambio llega hasta que se implementa el cambio.
El límite de la gestión del cambio llega hasta donde la organización lo considere necesario, sin embargo, se sugiere o recomienda que esta se haga hasta el final del cambio; es decir hasta comprobar si el cambio que realizó la organización fue efectivo, si salió como se planeó o si sobre la marcha surgieron propuestas para la mejora.
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